Agosto. Mes del viento. Los parques y los campos verdes se llenan de cometas que parten rumbo al cielo azul, bandadas de aves viajan con su sueño de libertad. Siempre me ha gustado el viento de agosto. Los susurros del viento. Me pregunto ¿Qué tienen en común el cielo azul, el campo verde, el sur de francia (Nîmes), España, los susurros del viento y l@s gitan@s? La respuesta es sencilla: Cathy Claret, “La chica del viento”
“Yo soy la chica del viento y del sol, tengo un corazón bohemio y soñador. Soy la chica del viento y del sol, canastera, soy yo”. En voces gitanas a quienes no la conozcan, les presento a esta franco-española que escribe y compone no solo desde su fuerza interior de espíritu libertario; sino desde la misma historia de la música gitana. Canastera confesa, declaradamente orgullosa.
Una voz que nos da la posibilidad de soñar, cerrar los ojos y dejarnos llevar con sus susurros por los nuevos aires del flamenco, camino iniciado por los grandes Paco de Lucía y Camarón de la Isla, continuado con Pata Negra y Ketama entre otr@s; fusión que ha permitido a la cultura gitana universalizarse sin perder ni sus orígenes ni su identidad, aportando de esta forma al legado musical de la humanidad.
En el primer tema encontramos una autobiografía de Cathy que nos da la posibilidad de conocerla, acercarnos a su interior y comprender ese espíritu que la habita.
La Chica del Viento
El nomadismo en la vida es motivo de su segundo tema, escrito en español y en caló, donde encontramos un homenaje al Pueblo Gitano, a su bandera, acompañada por Rafael Amador (Pata Negra).
Mi casa tiene ruedas (mi ker tiene najadoras)
Esta es Cathy Claret en Voces Gitanas. Un susurro de mujer, un canto a la libertad.